jueves, 5 de abril de 2007

Photomat. La ilusión de lo real



El Photomat es una "caja mágica" parecida a la de aquellos ilusionistas que hacen desaparecer a una persona dentro de una caja frente a un público enmudecido por la expectación y la intriga.
En el Photomat la foto que hacemos de nosotros mismos es casi incontrolable. El aparato se dispara antes que nos demos cuenta y los resultados son, a veces, asombrosos.
Desde la película Amelie, protagonizada por la adorable Audrey Tautou hasta las fotos en serie de inmigrantes que Mónica Parco del taller FotoDoc 2006 encontró en el tacho de basura de una óptica, las posibilidades expresivas y documentales de la foto carnet son tan variadas como impredecibles.


Aunque a veces "la caja mágica" puede ser engañada, como en el autoretrato que hizo Ana Yanariba (del proyecto Onceópolis de FotoDoc 2006) que dejó ver/registrar solo lo que ella quería mostrar, elaborando una sofisticada puesta en escena para demostrar que para decir algo de uno mismo el verdadero creador de ilusiones es el autor, y no la pretendida objetividad de una máquina sin intención aparente.

Como dice Pedro Meyer: "No parece correcto pensar que hasta ahora las imágenes eran un testimonio fiel de algo y que ya dejaron de serlo. Esto no significa que si yo pretendo hacer ahora un registro de una pared para ver como están colgadas las cortinas, no lo pueda efectuar y decir: “ Aquí está, así es ”. Las fotos son como las palabras. Nosotros usamos el lenguaje para hacer poesía, para escribir literatura y también para redactar un contrato que sea preciso en cada uno de sus términos. Con las imágenes sucede lo mismo: el símil con la realidad no está dado por la técnica que se utilice para capturar la toma sino por la intencionalidad del autor."